Comunicarse, expresarse, escuchar, son elementos esenciales del proceso de aprendizaje y, sin embargo, una gran mayoría de alumnos se sientan en clase sin participar en ningún momento del día.
Las razones son numerosas. Entre ellas, el temor a equivocarse y a que se burlen de su intervención.
Los círculos de inicio ofrecen la oportunidad de aportar algo al grupo y ver cómo los demás lo escuchan con respeto y atención. Favorecen la expresión y la escucha.
Los círculos de inicio son una estrategia poderosa para fomentar la conexión y la confianza entre tus estudiantes. Imagina comenzar el día no con prisas y papeles, sino con un momento de calma y conexión. Eso es lo que los círculos de inicio pueden hacer por ti y tu clase.
¿Qué son los círculos de inicio?
Básicamente, son reuniones breves pero significativas donde todos los estudiantes (y tú) comparten un espacio seguro para expresarse. Se trata de un momento para escuchar y ser escuchado, para comenzar el día con el pie derecho, estableciendo un tono de respeto y comunidad desde el primer momento.
¿Cómo los implemento?
Es más fácil de lo que piensas. Simplemente, reúne a tus estudiantes de pie en un círculo, y propón un tema o pregunta para discutir. Puede ser algo tan simple como «Una comida que te gusta» o “Algo que te gustó del fin de semana». Lo importante es que todos tengan la oportunidad de hablar y ser escuchados.
¿Por qué deberías probarlo?
Los círculos de inicio no solo mejoran la comunicación y la empatía en el aula, sino que también ayudan a los alumnos a sentirse valorados y entendidos. Esto, a su vez, puede reducir los conflictos y mejorar el ambiente de aprendizaje. Además, te da a ti, como maestro, una visión invaluable de los pensamientos y sentimientos de tus estudiantes.
Pero, ¿y si no tengo tiempo?
Estoy de acuerdo: el tiempo es oro en la educación. Pero los círculos de inicio no tienen que ser largos; incluso cinco minutos al comienzo del día pueden marcar una gran diferencia. Piénsalo como una inversión en el bienestar de tu aula que repercutirá positivamente en el rendimiento académico y en la atmósfera general de la clase.
Dale un giro personal
No hay una única manera de hacer círculos de inicio. Adáptalos a las necesidades y la personalidad de tu clase. Puedes cambiar las preguntas, la duración o incluso añadir actividades breves. Lo importante es que sea un tiempo dedicado a construir relaciones y a fomentar un sentido de comunidad.
En conclusión
Te animo a probar los círculos de inicio que los pruebes en tu aula. Puede que te sorprendas de lo mucho que pueden aportar a tu enseñanza y a la experiencia de aprendizaje de tu alumnado.
El calendario de círculos te ofrece una pregunta para cada día. Utiliza las que te parezcan adecuadas y crea otras nuevas.